Camila EasyFly, Colombia, South America

Mi nombre es Camila, soy Ayudante de Vuelo de EASYFLY, una compañía de aviación doméstica Colombiana.  Mi esposo también trabaja para ellos como Oficial de Operaciones de Vuelo.  Nos conocimos en la compañía y nos casamos hace dos años.

 

En Marzo del 2020, debido a la pandemia mundial de COVID-19, el gobierno Colombiano declaró una cuarentena total en el país.  La administración de la aerolínea nos informó que nuestro contrato de trabajo estaba suspendido por dos meses.  En ese momento yo estaba muy atemorizada porque mi esposo y yo dependíamos financieramente de este trabajo.  Nunca nos habíamos visto en una situación como ésa antes.  Lo que yo no sabia era que Dios nos iba a enseñar a depender totalmente de El y no de un trabajo.

 

Esos dos meses se convirtieron en seis meses, pero Dios, en Su gran misericordia nos sostuvo.  Nunca nos faltó nada durante ese tiempo.  Dios posicionó personas aquí en la tierra que nos ayudaran, y hasta en tiempos de una crisis global y sin ganar ningún dinero, El pagó nuestras deudas.  Aparte de éso, fué un tiempo donde nos acercamos más a Dios, y compartimos más tiempo como pareja.  Aprendimos a valorar nuestro trabajo.  Sin duda alguna disfrutamos esta cuarentena mientras Dios nos sostuvo y nos protegió de este virus.

 

En Septiembre, los aeropuertos comenzaron a abrirse para vuelos comerciales, y nos llamaron a trabajar de nuevo.  Yo, como Ayudante de Vuelo, regresé y encontré muchos cambios y protocolos de seguridad

ambiental que incluían no proveer servicio a bordo, así que tenía más tiempo de ocio durante los vuelos.

Le pedí a Dios que me mostrara lo que El queria que yo hiciera durante ese tiempo.

 

Durante la etapa de crucero, empecé a leer la Biblia y libros Cristianos.  Dios ha usado esos momento para hablarle a mi corazón tan fuertemente que a veces me echaba a llorar.  Entonces le pedí, “Dios no me toques en este momento porque los pasajeros no me pueden ver llorando.”  Dios es tan bello que El mantuvo mi privacidad en un avión lleno de personas.

 

Sin duda alguna, 2020 será un año que nunca olvidaremos, no sólo por COVID-19, sino porque Dios nos reveló a nosotros en Su inmenso amor que El tiene todo bajo control.

 

“My name is Camila, I am a flight attendant at EASYFLY, a domestic Colombian airline, where my husband also works as a flight operations officer. We met at the company and got married two years ago. In March 2020, due to the global COVID-19 pandemic, the Colombian government declared a total quarantine in the country and the airline management told us that our employment contract would be suspended for two months. At that time, I was very scared because my husband and I depended financially on this job. We had never seen ourselves in this kind of situation before, but what I did not know at that time was that God was going to teach us to depend totally on him and not on a job.

Those two months became six months, but God, in his immense mercy, sustained us. We never lacked anything during this time. God placed people here on earth to help us and even in times of a global crisis and without earning any money, He paid our debts. Besides, it was a time where we got closer to God, and we shared more time as a couple. We learned to value our job.  We undoubtedly enjoyed this quarantine while God supported and protected us from this virus.

In September, the airports started to be open for commercial flights, and we were called to work again. I, as a flight attendant, returned and found many changes and biosecurity protocols which included not providing service on board, so I was going to have more leisure time during flights. I asked God to show me what He wanted me to do during this time, so during the cruise stage, I started reading the Bible and Christian books. God has used those moments to speak to my heart, even to touch me so strongly to the point I found myself crying.  Then I asked Him ‘God please don’t touch me right now because the passengers can’t see me crying.’ However, God is so beautiful that He even kept my privacy in a plane full of people.  Without a doubt, 2020 will be a year that we will not forget, not only because of COVID-19, but because God showed us in His immense love that He has everything under control.”